SINGAPUR, historia de una transformación socioeconómica


Apenas cinco décadas bastaron para que Singapur pase de en un estado de pobreza generalizado a conformar el club de naciones ricas. Pero, ¿cómo hicieron ésto posible?. La historia detrás del proceso de transformación comienza en 1965, año en que logra la independencia del Reino Unido y se inician una serie de medidas que sentaron las bases del país que hoy conocemos. Para ir adelantando, los pilares que sustentan el modelo son: facilidades para hacer negocios, bajas cargas tributarias y un razonable gasto público. Obviamente, éstos elementos se encausaron bajo ciertos parámetros que responden a la historia, la cultura, el tipo de sociedad y las capacidades particulares de la nación.  

Aun así, no podemos hablar del proceso de desarrollo sin tener presente la visión pragmática y estratégica de Lee Kuan Yew, quien logró canalizar las esperanzas de los singapurenses y convertirlas en toda una fuente de riquezas. Lee fue durante más de 30 años Primer Ministro y forjó un esquema económico moderno y eficiente. En 1954 fundó el Partido de Acción Popular (PAP) y la victoria electoral finalmente llegó en 1959. El nuevo escenario político permitió conducir al gobierno hacia la independencia y, tras un breve periodo de Federación con Malasia, el país se convirtió en Estado autónomo finalmente para 1965.
Habiendo conquistado la soberanía política, una de las primeras acciones fue la tolerancia cero frente a los casos de corrupción, mal endémico de la antigua colonia, proponiendo penas extremadamente duras. Muchas de las cuales rozan la violación de los derechos humanos, entendidos según los estándares de Occidente. Paralelamente, trabajó para terminar con las diferencias entre los diversos grupos étnicos, al mismo tiempo, procuró crear una identidad propia para Singapur basada esencialmente en el multiculturalismo. 
Lee diseñó todo un programa de reformas que buscaban sacar al país de la miseria y degradación. Su objetivo era claro, gestar una sociedad cohesiva, ordenada y próspera. Sentó los cimientos de una nación que actualmente está en los primeros puestos en áreas de educación, sanidad e innovación. Para resumir su gestión económica solo basta con decir que entre los años 1960-1980 el PBI per cápita de la población aumento 15 veces. Pero este ámbito lo analizaremos más adelante, ahora nos vamos a centrar en otros temas de suma relevancia.

Política y fuertes controles sociales.
Quizás este es el apartado que más controversia genera a todos aquellos que analizamos las disposiciones básicas que conforman al país. Las libertades políticas están exhaustivamente limitadas por legislaciones que perjudican a los ciudadanos dentro del ámbito de la competencia partidaria. No es casualidad que el PAP gobierne de forma ininterrumpida por más de 50 años. 
El sistema democrático en Singapur es algo particular, ya que, de facto opera un solo partido. Sus características sociopolíticas se asemejan más a una dictadura que a una democracia, la libertad de prensa y la oposición política son dos especies en extinción. Desde un primer momento, Lee mantuvo un férreo control político sobre cada aspecto del Estado, encarceló a varios de sus críticos sin llevarlos a juicio y restringió el acceso a la información por parte de los medios de comunicación. También, sostuvo que para lograr el desarrollo nacional algunas libertades individuales debían ser sacrificadas, así, los castigos corporales se convirtieron en una pieza fundamental del sistema judicial. Del mismo modo, existe una fuerte intervención sobre la vida de los ciudadanos, en Singapur está prohibido por ejemplo: mascar chicle y fumar en la calle o llevar a cabo muestras de afectos en los espacios públicos.

Transformaciones y planificación económica. 
Antes de comenzar, es preciso resaltar como Singapur cuenta con escasos recursos naturales y poca extensión territorial, sin embargo, éstos factores no le impidieron convertirse, en tan solo unas pocas décadas, en uno de los países más ricos del mundo. La pequeña isla ocupa actualmente un lugar destacado en la lista de naciones ordenadas por PBI per cápita, la podemos hallar por delante de países como Estados Unidos, Suiza, Finlandia, Alemania etc. Y según el informe Wealth Report, elaborado por Knight Frank y Citi Private Wealth, se espera que continúe encabezando dichas posiciones de renta para el 2050. Además, la nación lidera otros tipos de ranking como: el de competitividad, el de investigación y el de eficiencia laboral. 
La base del éxito y del desarrollo pasó por elaborar un mercado libre, producto de la correcta implementación de la política económica que apuntó hacia una dirección: la atracción del capital extranjero dirigido hacia cualquier potencia nicho de inversión. En 1961 se organizó la Junta de Desarrollo Económico de Singapur para formular las estrategias a nivel nacional, así, se construyeron cantidades de polos industriales con el fin de acelerar el proceso industrial. El tigre asiático también se preocupó por atraer compañías petroleras, como Shell, que comenzaron a instalar refinerías a todo lo largo y ancho del país. Desde un primer momento, la clase dirigente comprendió la indispensable tarea que tiene el sector energético a la hora de instalar un proyecto manufacturero. Durante las décadas de los 70 y 80, comenzaron a consolidarse, gracias a su programa de incentivos y estabilidad política, otras áreas como: la infraestructura en comunicación, el petroleoquímico, el turístico, el técnico-electrónico y el naval. 

Bajas cargas tributarias, ésta es una característica fundamental que le otorga una sana estabilidad a todo el sistema productivo. El impuesto a las sociedades es del 17%, además, existen numerosas exenciones fiscales a la inversión. También, encontramos planes de descuento que pueden ir desde un 50% hasta un 100% para aquellas nuevas empresas con planes de negocios tipo start-up. No se gravan las ganancias del capital, lo mismo pasa con las herencias. El impuesto general al consumo (IVA) es de un 7% y el impuesto sobre la renta de las personas es un tributo progresivo de 0 hasta 20%, dependiendo la situación ganancial. 
Singapur también entendió que para agilizar los procesos de desarrollo es fundamental coordinar mecanismos que tiendan a facilitar la concreción de negocios. La isla se encuentra en la segunda posición del ranking Doing Business 2017, solo se necesitan tres procedimientos para abrir un empresa y los tramites pueden durar dos o tres días. Otro factor que vuelve a su economía eficiente son las fuertes medidas que impone el gobierno contra la corrupción, gestando un clima de seguridad jurídica tanto para el inversor extranjero como para el nacional.
En lo que respecta a las finanzas públicas, la constitución de Singapur posee tres reglas fiscales que promueven la responsabilidad financiera, una de ellas, exige que a lo largo de un periodo de gobierno el resultado del presupuesto esté balanceado. Si observamos el desempeño en esta ámbito, notaremos que los resultados han sido satisfactorios, el gobierno siempre se maneja con un gasto público dentro de los límites de sus ingresos. De acuerdo a los datos de FMI, en los últimos 17 años solo se reportó déficit fiscal en 2009, año que coincide con el inicio de la crisis económica internacional. 
En la actualidad el promedio de gasto público en la Unión Europea rondo el 40% del PBI, mientras que en Singapur es de un 19%. Ahora bien, contrario a la percepción general, tener un gasto estatal moderado no ha empeorado las cosas, sino que ha sido clave para el bienestar de los singapurenses.   
Por otra parte, si analizamos el mercado laboral llegaremos a la conclusión de que su tasa de desempleo (2,9%) es de las más bajas del mundo. Una de las principales causas es su legislación laboral, ésta ha regulado el mercado de trabajo sin entorpecerlo. Dotó de mayor libertad a los trabajadores y empresarios a la hora de definir y negociar salarios, de hecho, el sueldo promedio en Singapur es entre 8 y 10 veces más alto que el registrado en Latinoamérica.

En definitiva, Singapur no es ningún milagro económico, es el resultado de políticas gubernamentales que permitieron crear condiciones apropiadas para el desarrollo. Dejaron de lado la demagogia y el derroche, no se prometieron soluciones mágicas que pongan en peligro la sustentabilidad del futuro. El esfuerzo, la dedicación y la voluntad fueron los elementos claves que configuraron el éxito del modelo.


Autor: Lic. Adrián Arevalo                                         
Mail Contacto: adrianarevalo333@gmail.com

Comentarios