¿Cómo funciona la política en SUIZA?. Control popular y Democracia directa moderna


Suiza es una nación reconocida por su elevado nivel vida, sus favorables condiciones fiscales, la solidez de su sistema bancario y la tradicional neutralidad frente a los conflictos internacionales. Sin embargo, poco se conoce sobre su novedoso sistema democrático. Este fenómeno es curioso, ya que la configuración política helvética juega un rol trascendental a la hora de maximizar todos los indicadores de bienestar social.

El Estado suizo está compuesto por tres niveles de organización política. Esto quiere decir que el poder se encuentra institucionalizado y compartido por la Confederación, los cantones (26) y los municipios (2.889).  
De todas maneras, antes de 1848 no podemos catalogar a Suiza bajo la óptica de un Estado en sentido moderno, más bien se parecía a una alianza de cantones con un alto grado de interdependencia. Finalmente, con la llegada de la Constitución de 1848 la nación se transformó en un Estado de corte Federal dotado de un poder central que contrapesa y limita la soberanía individual de los cantones. 

Gobierno
El gobierno suizo, representado por el Consejo Federal, está confeccionado por un equipo colegiado de siete miembros elegidos y designados por el Parlamento. En consecuencia, el gobierno local, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de los Estados, no cuenta ni con  un Primer Ministro ni con un Jefe de Estado permanente. No obstante, la legitimidad del Consejo Federal se ve favorecida por el principio de rotación. Por consiguiente, cada año uno de los miembros asume la presidencia del país. Es importante tener en cuenta que la embestidura presidencial no confiere algún tipo de poder especial o privilegio. En definitiva, el presidente puede ser considerado como un "primus inter pares" (primero entre sus pares), encabezando a la delegación suiza en el exterior y cumpliendo funciones de representación tanto en el plano nacional como internacional.

En términos de praxis política cada uno de los miembros se encarga de dirigir un Departamento (Ministerios para otros países). Además, la Constitución federal define el funcionamiento gubernamental de modo colectivo. Por lo tanto, la decisiones o legislaciones emanadas por el Consejo Federal deben realizarse por el conjunto del Ejecutivo y ratificadas cohesivamente por los siete miembros.  

De cualquier modo, el Consejo Federal no es elegido directamente por el pueblo, sino por el Parlamento. La duración del mandato es de cuatro años y dentro de ese periodo el Parlamento no puede expedir una moción de censura que expulse a algún ministro del ejecutivo. Por su parte, el gobierno no posee la atribución de disolver al Parlamento.
Ahora bien, la Constitución local establece la posibilidad y el derecho de que cualquier ciudadano pueda presentarse como candidato al gobierno, independientemente del grado de experiencia que pueda presentar en la vida política de la nación. Sin embargo, la mayoría de los candidatos provienen del ceno del poder político o de la función pública cantonal.

Parlamento
La Asamblea Federal está compuesta por 246 representantes elegidos por el pueblo mediante sufragio. Este órgano legislativo bicameral se encuentra constituido por: el Consejo Nacional (cámara baja), en representación del pueblo con 200 diputados y el Consejo de los Estados (cámara alta), que representa a los cantones con 46 senadores. Los funcionarios de ambas cámaras son elegidos por un periodo de cuatro años. Una particularidad que tiene el sistema político suizo es que el Parlamento trabaja con no profesionales de la política. Esto quiere decir que, cuando no están en periodos de sesiones, la mayoría de sus miembros ejercen una profesión por fuera de la política. A su vez, el Consejo Nacional se organiza por sistema proporcional, mientras que el Consejo de los Estados por mayoría.

De todas formas, el rol fundamental del Parlamento es el de sesionar las leyes federales, nombrar a los miembros del Tribunal Federal y elegir y supervisar al Gobierno. Además, la Asamblea se encarga de evaluar los balances financieros de la Confederación, aprobar el presupuesto y dirimir las cuentas del Estado.  

Democracia directa
Una de las características más trascendentales de la política en suiza es la posibilidad que el sistema le ofrece al pueblo a la hora de pronunciarse como un actor político relevante. La nación helvética le otorga a la comunidad una considerable participación en las decisiones políticas del espacio federal. 

Todo ciudadano, luego de haber cumplido los 18 años de edad, tiene el derecho a elección y voto.  Por lo general, un suizo se expresa electoralmente, en promedio, cuatro veces al año. Los asuntos a discernir son variados, estos pueden recorrer desde cuestiones de organización institucional hasta asuntos tributarios. Además, la ciudadanía puede articular sus demandas a través de tres mecanismos que conforman la esencia de la democracia directa moderna: la iniciativa popular, el referéndum facultativo y el referéndum obligatorio. 
La iniciativa popular es un derecho adquirido por la ciudadanía, este le concede al pueblo la posibilidad de reformar o modificar la Constitución Federal. Para ello, solo se necesita reunir un mínimo de 100.000 firmas en un periodo de 18 meses. Luego de haber conseguido dichos requisitos la iniciativa puede someterse a votación. Por su parte, el referéndum facultativo configura un marco legal donde es posible someter a votación popular cualquier norma aprobada por el Parlamento. En este caso, se requiere un piso de 50.000 firmas dentro de los primeros 100 días de haberse aprobado la ley. Por último, en el referéndum obligatorio se someten a poder popular las modificaciones constitucionales aprobadas por el Parlamento. También, dicho referéndum se habilita cuando Suiza aspira a ingresar en alguna organización internacional.
Pero la participación ciudadana no solo se limita a la esfera federal. Las comunidades locales pueden influir en los procesos legislativos cantonales y municipales. En la mayoría de los municipios, una vez al año, los suizos se reúnen en los ayuntamientos para formar una especie de órgano legislativo municipal y tratar los temas que consideran importantes para la comunidad. Además, existen varios cantones que todavía conservan el tradicional "Landsgemeinde". Esta práctica consta en reunir a los ciudadanos con derecho a voto en la plaza central y así debatir sobre los asuntos públicos, utilizando el voto a mano alzada para aprobar o rechazar una propuesta. Incluso en algunos cantones los extranjeros tienen el derecho de participar y expresarse en este tipo de votaciones.

Sin lugar a dudas, las leyes fundantes de la nación le garantizan a la sociedad el derecho de objetar cualquier decisión del Parlamento. La cultura democrática en Suiza tiene un importante espacio de desarrollo, siendo una característica vital que permitió construir una sociedad ordenada, justa y prospera. Según los datos relevados por el Parlamento, desde 1848, los temas expuestos a voluntad popular superan los 562. Esta cifra solo contempla las cuestiones federales, dejando afuera las decisiones civiles que se toman en el plano cantonal o municipal. En definitiva, el país supo concretar un diseño institucional más inclusivo, transparente y legítimo. Demostrando que el sistema democrático se beneficia no solo de la participación activa del pueblo, sino también de la fragmentación de los espacios de poder. 


Autor: Lic. Adrian Arévalo
Mail contacto: adrianarevalo333@gmail.com

Comentarios

  1. Muy buen análisis de la política y de la forma de gobierno de Suiza. Un sistema, sin duda novedoso, si se le compara con los demás países occidentales. Y los más importante, podría darle algunas luces a otros sistemas políticos en donde la democracia representativa se ha convertido en un fracaso en cuanto a su esencia de representar los intereses de los electores en los círculos en donde se toman las decisiones que afectan a la colectividad.

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