Vietnam es una nación soberana situada en el Sudeste Asiático, cuenta con una población de más de 90 millones de habitantes y ha experimentado desde comienzos del siglo XXI uno de los procesos de crecimiento más acelerados del mundo. Si bien continua siendo un país con ingresos bajos, el poder adquisitivo de los ciudadanos no ha parado de aumentar y la pobreza se ha reducido de una manera sustancial. Durante los años 90 el 58% de los vietnamitas vivían en condiciones de precariedad social, actualmente ese dato se traduce en 14,5%.
Sin ninguno lugar a dudas, el éxito suscitado se basa en la política denominada Doi Moi (renovación), que permitió reconvertir todo el sistema productivo, pasando de una economía basada en la pesca y agricultura casi de subsistencia, a una organizada por el pujante desarrollo industrial.
Ahora bien, ¿de qué se trata el Doi Moi?.
El 2 de julio de 1976 Vietnam finalmente logra la reunificación luego de 20 años de un conflicto bélico que atropelló toda la estructura social y que enfrentó a los dos grandes modelos económicos de la época. No fue un conflicto más, bajo la lógica de la Guerra Fría se vieron inmersos los intereses de las grandes potencias que estallaron en el pequeño país asiático. Significó la primera derrota militar de los Estados Unidos y llevó a reordenar toda la política internacional norteamericana, así como también, su sistema de alianzas. Al mismo tiempo, surgieron diferentes movimientos sociales que repudiaban los hechos cometidos, y obligaron a repensar todos la cadena de valores que construían el concepto de civilización.
Pero más allá de destacar brevemente estas cuestiones, pasemos a lo que realmente nos compete. Una vez instalados en el poder, los representantes del Partido Comunista comenzaron una intensa campaña de colectivización del campo y de las pocas fabricas que quedaron en pie. Lo cierto, es que las medidas no lograron responder satisfactoriamente a los serios problemas económicos y humanitarios. Luego de 10 años las condiciones de vida prácticamente no habían mejorado y millones de personas huían del país hacia destinos con mejores oportunidades. Inmersos bajo este contexto, las autoridades vietnamitas decidieron lanzar en 1986 todo un paquete de reformas conocidas como Doi Moi, que buscaban según las propias palabras del VI Congreso del Partido Comunista: "configurar una economía de mercado orientado al socialismo". El primer paso fue la legalización, para luego incentivar la creación de empresas bajo la óptica del libre mercado, abandonando prácticamente por completo la colectivización de los recursos agrícolas e industriales.
A diferencia de China, donde el traspaso de una economía centralizada a una mucho más flexible se hizo de manera gradual, en Vietnam, se aplicó una política de shock, liberalizando los precios, devaluando fuertemente el "dong" (moneda local) y unificando todos los tipos de cambio. De esta forma, no caben dudas que el fenómeno desencadenado por el Doi Moi no intentó copiar ninguna receta aplicada por las naciones vecinas, sino más bien fue una medida de elaboración propia que propiciaba resolver rápidamente las inconsistencias que impedían el desarrollo sostenido. El país no sufrió ningún colapso, de hecho, el crecimiento medio en los años 90 fue de un 7%, casi a la altura del gigante asiático.
¿Cómo está la realidad vietnamita hoy?.
El Primer Ministro Nguyen Xuan Phuc, electo el 7 de abril de 2016, afirmó que el objetivo principal durante su mandato es concretar la estabilidad macroeconómica y elevar la competitividad nacional, mejorando el entorno de negocios. Al mismo tiempo, se comprometió a realizar esfuerzos desde el Ejecutivo para aliviar las dificultades del sector empresarial en la producción y comercialización de bienes y servicios.
Aunque el crecimiento del Producto Bruto Interno durante su primer año de gestión no alcanzó la meta del 6,7% fijado por el Parlamento, la tasa del 6,2% fue todo un éxito si consideramos las dificultades económicas globales y otros factores adversos que afectaron la economía nacional. La creciente demanda interna y el impulso de la inversión extranjera directa, ayudaron a la nación a contrarrestar las amenazas mundiales que provocaron una ola de venta de acciones y depreciaciones de monedas durante los últimos años. Mirado desde esta perspectiva, Vietnam ha dado el primer paso para diversificar su economía, añadiendo a su base exportadora otros bienes más industriales como: calzado, textiles y ensamblaje de equipos electrónicos. Hoy es la principal sucursal de la empresa japonesa Kyocera, Samsung ha anunciado inversiones por 20 millones de dolares en diversas áreas, por su parte, Canon, Panasonic y Nokia, que ya tienen presencia en el país, se comprometieron a volcar dinero para expandir sus fábricas.
El 2006 fue un año trascendental para las aspiraciones desatadas por la política del Doi Moi. Luego de 8 años de arduas negociaciones, el país logró ser incorporado a la Organización Mundial de Comercio, esto abrió una gigantesca puerta para concretar acuerdos comerciales. Según las propias palabras de Pham Tat Thang Ministro de Industria y Comercio: "Si aprovechamos eficientemente los acuerdos de libre comercio con la Alianza Económica, la Unión Europea, Japón y Corea del Sur, habrá facilidades para nuestras exportaciones. Además, algunos productos importantes comienzan a penetrar en los mercados exigentes como Japón y Estados Unidos".
Todo el contexto posibilitó aumentar la capacidad de consumo de sus habitantes, multiplicándola por 6 en los últimos 15 años. Siguiendo con esta línea, los indicadores sociales también mejoraron, el porcentaje de escolaridad primaria alcanza casi el 100% y la esperanza de vida pasó de 63 años en 1990, a 68 para 2005. Los servicios públicos de agua potable, electricidad y sistema de cloacas, se han extendido sin interrupción desde 1995 .Si bien algunas áreas del territorio todavía presentan ausencias de instalaciones ( más que nada en las zonas donde se ubican las diferentes etnias), millones de ciudadanos vieron mejorada su calidad de vida gracias a la llegada de estas prestaciones.
No confundamos las cosas, Vietnam es una nación en vías de desarrollo con enormes dificultades y cuantiosas preocupaciones que resolver. Sin embargo, el sorprendente crecimiento, impulsado principalmente por la actividad privada, es un dato primordial que alivia las carencias. El Estado continua estando presente en la economía, pero procura mantener el equilibrio y la estabilidad en las cuentas públicas.
El sector industrial, área que aporta el 41,8% del PBI, todavía carece de instrumentos necesarios hacia la conformación de marcas nacionales con proyección internacional. Además, no debemos dejar pasar la precariedad que a diario sufren los trabajadores, siendo este uno de los puntos nebulosos de la economía vietnamita. Reducir el sector informal y proyectar el perfeccionamiento institucional deben estar en los puntos más urgentes de la agenda de gobierno. Aun así, mientras en América Latina la inversión se orienta hacia la exportación de commodities, en el Sudeste Asiático las empresas extranjeras destinan su capital hacia la producción de bienes con cadena de valor agregado.
Ahora bien, ¿de qué se trata el Doi Moi?.
El 2 de julio de 1976 Vietnam finalmente logra la reunificación luego de 20 años de un conflicto bélico que atropelló toda la estructura social y que enfrentó a los dos grandes modelos económicos de la época. No fue un conflicto más, bajo la lógica de la Guerra Fría se vieron inmersos los intereses de las grandes potencias que estallaron en el pequeño país asiático. Significó la primera derrota militar de los Estados Unidos y llevó a reordenar toda la política internacional norteamericana, así como también, su sistema de alianzas. Al mismo tiempo, surgieron diferentes movimientos sociales que repudiaban los hechos cometidos, y obligaron a repensar todos la cadena de valores que construían el concepto de civilización.
Pero más allá de destacar brevemente estas cuestiones, pasemos a lo que realmente nos compete. Una vez instalados en el poder, los representantes del Partido Comunista comenzaron una intensa campaña de colectivización del campo y de las pocas fabricas que quedaron en pie. Lo cierto, es que las medidas no lograron responder satisfactoriamente a los serios problemas económicos y humanitarios. Luego de 10 años las condiciones de vida prácticamente no habían mejorado y millones de personas huían del país hacia destinos con mejores oportunidades. Inmersos bajo este contexto, las autoridades vietnamitas decidieron lanzar en 1986 todo un paquete de reformas conocidas como Doi Moi, que buscaban según las propias palabras del VI Congreso del Partido Comunista: "configurar una economía de mercado orientado al socialismo". El primer paso fue la legalización, para luego incentivar la creación de empresas bajo la óptica del libre mercado, abandonando prácticamente por completo la colectivización de los recursos agrícolas e industriales.
A diferencia de China, donde el traspaso de una economía centralizada a una mucho más flexible se hizo de manera gradual, en Vietnam, se aplicó una política de shock, liberalizando los precios, devaluando fuertemente el "dong" (moneda local) y unificando todos los tipos de cambio. De esta forma, no caben dudas que el fenómeno desencadenado por el Doi Moi no intentó copiar ninguna receta aplicada por las naciones vecinas, sino más bien fue una medida de elaboración propia que propiciaba resolver rápidamente las inconsistencias que impedían el desarrollo sostenido. El país no sufrió ningún colapso, de hecho, el crecimiento medio en los años 90 fue de un 7%, casi a la altura del gigante asiático.
¿Cómo está la realidad vietnamita hoy?.
El Primer Ministro Nguyen Xuan Phuc, electo el 7 de abril de 2016, afirmó que el objetivo principal durante su mandato es concretar la estabilidad macroeconómica y elevar la competitividad nacional, mejorando el entorno de negocios. Al mismo tiempo, se comprometió a realizar esfuerzos desde el Ejecutivo para aliviar las dificultades del sector empresarial en la producción y comercialización de bienes y servicios.
Aunque el crecimiento del Producto Bruto Interno durante su primer año de gestión no alcanzó la meta del 6,7% fijado por el Parlamento, la tasa del 6,2% fue todo un éxito si consideramos las dificultades económicas globales y otros factores adversos que afectaron la economía nacional. La creciente demanda interna y el impulso de la inversión extranjera directa, ayudaron a la nación a contrarrestar las amenazas mundiales que provocaron una ola de venta de acciones y depreciaciones de monedas durante los últimos años. Mirado desde esta perspectiva, Vietnam ha dado el primer paso para diversificar su economía, añadiendo a su base exportadora otros bienes más industriales como: calzado, textiles y ensamblaje de equipos electrónicos. Hoy es la principal sucursal de la empresa japonesa Kyocera, Samsung ha anunciado inversiones por 20 millones de dolares en diversas áreas, por su parte, Canon, Panasonic y Nokia, que ya tienen presencia en el país, se comprometieron a volcar dinero para expandir sus fábricas.
El 2006 fue un año trascendental para las aspiraciones desatadas por la política del Doi Moi. Luego de 8 años de arduas negociaciones, el país logró ser incorporado a la Organización Mundial de Comercio, esto abrió una gigantesca puerta para concretar acuerdos comerciales. Según las propias palabras de Pham Tat Thang Ministro de Industria y Comercio: "Si aprovechamos eficientemente los acuerdos de libre comercio con la Alianza Económica, la Unión Europea, Japón y Corea del Sur, habrá facilidades para nuestras exportaciones. Además, algunos productos importantes comienzan a penetrar en los mercados exigentes como Japón y Estados Unidos".
Todo el contexto posibilitó aumentar la capacidad de consumo de sus habitantes, multiplicándola por 6 en los últimos 15 años. Siguiendo con esta línea, los indicadores sociales también mejoraron, el porcentaje de escolaridad primaria alcanza casi el 100% y la esperanza de vida pasó de 63 años en 1990, a 68 para 2005. Los servicios públicos de agua potable, electricidad y sistema de cloacas, se han extendido sin interrupción desde 1995 .Si bien algunas áreas del territorio todavía presentan ausencias de instalaciones ( más que nada en las zonas donde se ubican las diferentes etnias), millones de ciudadanos vieron mejorada su calidad de vida gracias a la llegada de estas prestaciones.
No confundamos las cosas, Vietnam es una nación en vías de desarrollo con enormes dificultades y cuantiosas preocupaciones que resolver. Sin embargo, el sorprendente crecimiento, impulsado principalmente por la actividad privada, es un dato primordial que alivia las carencias. El Estado continua estando presente en la economía, pero procura mantener el equilibrio y la estabilidad en las cuentas públicas.
El sector industrial, área que aporta el 41,8% del PBI, todavía carece de instrumentos necesarios hacia la conformación de marcas nacionales con proyección internacional. Además, no debemos dejar pasar la precariedad que a diario sufren los trabajadores, siendo este uno de los puntos nebulosos de la economía vietnamita. Reducir el sector informal y proyectar el perfeccionamiento institucional deben estar en los puntos más urgentes de la agenda de gobierno. Aun así, mientras en América Latina la inversión se orienta hacia la exportación de commodities, en el Sudeste Asiático las empresas extranjeras destinan su capital hacia la producción de bienes con cadena de valor agregado.
Autor: Lic. Adrián Arevalo
Mail Contacto: adrianarevalo333@gmail.com
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