¿Cómo funciona el modelo socioeconómico SURCOREANO?


Corea del Sur es todo una potencia a nivel económico, las empresas nacionales son gigantescas y han logrado conquistar numerosos mercados en todas partes. Esto debería sorprendernos si tenemos en cuenta que en los 60 era uno de las naciones más pobres del mundo. Sin embargo, en solo pocas generaciones los surcoreanos pasaron de momentos críticos para su población a ser una de las sociedades más prósperas del planeta.

¿Cómo pudieron cambiar radicalmente la situación?.
A diferencia de muchos modelos de desarrollo, el caso de Corea del sur presenta particularidades que lo hacen único. En 1953 la península Coreana se divide en dos mitades tras una guerra que se llevó por delante a más de 2 millones de personas. En la parte norte se quedaron la mayoría de las fabricas y en el sur solo encontrábamos una agricultura completamente subdesarrollado y de subsistencia. Los colegios carecían de materiales necesarios para dar clases de forma correcta y el único alimento que recibían los niños en dichas instituciones dependían en gran medida de los envíos solidarios de Europa y Estados Unidos.
Tras varias protestas ciudadanas, el general Park Chung hee decide dar un golpe de Estado en 1961, comenzando así con un largo proceso de dictaduras que fueron suscitándose durante los siguientes 27 años. Existieron tres dictadores distintos, todos ellos llegaron al poder de manera violenta, derrocando al anterior Jefe de Estado a través de un levantamiento militar. Por otra parte y pese a la inestabilidad política, es en ésta época donde se fomentan las bases del modelo socio-económico que conocemos hoy en día.
Aunque parezca extraño, dicha planificación no es tan liberal como a priori podríamos dilucidar. En un sistema de libre mercado la economía se regula de abajo hacia arriba, es decir, son las empresas privadas las que deciden voluntariamente que, cuando y como vender. Luego es el Estado el que regula la actividad económica, otorgándole un marco normativo, para que se desenvuelva sin problemas ni restricciones.
En el esquema de Park Chung hee fue todo lo contrario, la economía se planifico de arriba hacia abajo. Su política consistió en reunirse con las familias más poderosas del país (las cuales se contaban con una mano y controlaban las escasas industrial que existían en aquel entonces) y facilitarles todas las herramientas y recursos necesarios para su despegue. Pero a diferencia de otras naciones, no se establecieron barreras aduaneras contra el comercio exterior. Es más, desde el primer momento se garantizó la seguridad jurídica y los impuestos bajos para todas las empresas extranjeras, al mismo tiempo que se generaron incentivos para que las compañías y los particulares pudieran ahorrar dinero.
Como el país posee pocos recursos naturales pero cuenta con una gran cantidad de población, las familias beneficiadas por el Estado se centraron en sectores manufactureros que precisamente necesitan mucha mano de obra. De esta manera, los grupos empresariales debían competir en un mercado abierto con los gigante de Japón o EE.UU, pero con el camino marcado desde el gobierno. 

Así se irguieron los emporios empresariales, mejor conocidos como chaebol, concepto derivado de la combinación de palabras riqueza y clan. Estos negocios como ya se ha dicho , ayudaron a reconstruir la nueva nación después de la guerra y en la actualidad son vitales para su economía. A tal punto, que los cinco mayores chaebols superan la mitad del total del Producto Bruto, empleando a miles de ciudadanos de forma directa  y a millones de forma indirecta. Prácticamente todas y cada una de las actividades económicas están atravesadas por el accionar de estas megaempresas, que se han diversificado a lo largo del tiempo. Para citar un ejemplo , Samsung no solo fabrica celulares, también se encarga de construir autos y hasta  realizar el reparto de Coca-Cola en Corea del Sur. Existe todo un cultura de veneración hacia estos imperios, hoy en día, trabajar en uno de ellos significa tener un salario excelentemente remunerado y un estatus social ampliamente reconocido.
Aunque el contexto parece maravilloso, son muchos los conglomerados acusados de corrupción y represión hacia los pequeños negocios. Además, aunque se vean beneficiados por el Estado, no se le garantiza la supervivencia. Existieron chaebols como Daewoo que han quebrado y no se los salió a rescatar. El reconocimiento de este escenario por parte del empresariado, sirve como incentivo para crear una de las culturas corporativas más innovadoras que existen.

Otros de los pilares que explican el éxito del modelo es la educación, donde el gobierno destina algo más del 5% del PBI. Como resultado, los niños surcoreanos siempre se encuentran entre los puestos más altos del informe PISA (Informe de Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes). El sistema se financia a través del régimen de vouchers, donde el gobierno subsidia a la demanda (alumnos) en vez de a la oferta (escuelas). Por lo tanto, los institutos educativos se transforman en una especie de empresas, ya que compiten entre ellas para brindar el mejor servicio posible y ganarse el favor de los "clientes". De esta forma, las escuelas primarias y medias no reparan en gastos para formar a sus alumnos.
La nación prácticamente se paraliza cuando llegan las evaluaciones de ingreso a las universidades. Corea del Sur entendió que para fomentar sus sectores productivos se necesitaba gestar una mano de obra altamente calificada. Por consiguiente, el sistema educativo comprende tres años de preescolar, seis de escuela primaria y seis de secundaria dividido en tres de superior y tres de preparatoria. El 98% del alumnado termina la educación secundaria y el 60% obtiene un título universitario.
Las jornadas secundarias son de siete horas, y la mayoría de las familias invierten mucho dinero enviando a sus hijos a diferentes institutos privados para que continúen instruyéndose. Los ciudadanos consideran que para lograr los objetivos es trascendental tener una buena educación, debiendo competir para acceder a las mejores escuelas y universidades. La disciplina y el esfuerzo es acompañada por un profundo respeto a la figura del maestro, que se somete constantemente a evaluaciones, siendo esta profesión una de las actividades mejores pagas. Se valora a la educación como la inversión más productiva, no estudian para ser empleados sino para fundar sus propios proyectos y empresas. Como contrapunto y debido a la sobrecarga de presión escolar, el país sufre con una de las tasas de suicidio infantil más altas del mundo.

Por todas estas cuestiones, nos queda bien en claro que es una sociedad obsesionada con la jerarquía y el respeto a la autoridad.  La economía tan diagramada y dependiente de unas pocas empresas no parece ser la mejor de las recetas para la estabilidad. Es cierto que es líder en la manufactura tecnológica, pero en otros sectores no presentan los mismos resultados. Y como el crecimiento de los chaebols ha estado influido por las decisiones del Estado, la estructura de negocio se convirtió en un engorros engranaje burocrático cada vez más costosos de mantener. Al mismo tiempo, los nuevos emprendedores la tienen bastante difícil ya que no pueden acceder a los mismos beneficios de los sectores privilegiados. No obstante, hay que reconocer que este modelo de crecimiento que trabaja piramidalmente ha funcionado, demostrando que existen varias formas de conseguir el bienestar y la prosperidad social.  


Autor: Lic. Adrián Arevalo                                                 
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