Barack Obama fue sin duda uno de los presidentes más mediáticos y populares de toda la historia de los Estados Unidos. Y tal es el grado de popularidad del ex mandatario, que podríamos afirmar como su simple presencia es suficiente para eclipsar a varias de las figuras de Hollywood. No solo se ganó durante 8 años un lugar dentro del Despacho Oval, sino que también supo hacerse con la voluntad y esperanzas de millones de personas tanto dentro como fuera de la nación.
No obstante, como es común, con el paso del tiempo sus aspiraciones se vieron menguadas y las controversias fueron ganando terreno. Lo que está claro, es que Obama llegó en el 2008 a la presidencia durante un momento extremadamente difícil para su país y el mundo. Inmerso en un época que evidenciaba el colapso económico y el fin de una etapa, la tarea que tenia por delante exigía soluciones rápidas y contundentes. Durante esos años, 800.000 mil estadounidenses todos los meses perdían su trabajo, las bolsas se derrumbaban y prácticamente a diario quebraba algún gran grupo empresarial.
Hoy, 9 años después, la radiografía económica es bastante distinta. Aun así, la realidad choca directamente contra la opinión de los ciudadanos norteamericanos, ya que si a estos se le pregunta si su país está mejor o peor que hace 10 años, una gran mayoría de ellos, más de dos terceras partes, afirman que se tomó un rumbo equivocado.
Ésta postura no resulta extraña si tenemos en cuenta el escenario descrito por varios medios de comunicación y por algunos políticos en campaña, que afirmaban sin tapujos como la nación estaba en plena crisis y decadencia. Donald Trump replicó una y otra vez en su discurso de campaña el pésimo estado de la infraestructura, la falta de generación de empleo y los desequilibrios existentes dentro del sistema de salud.
Ahora bien, ¿qué cuestiones son ciertas?, ¿cuál es el legado de Obama?.
Pasemos a analizar algunos datos; en total existen aproximadamente unas 152 millones de personas trabajando en la economía norteamericana, nunca se había registrado una cifra de tal magnitud. Durante su gestión se crearon más de 14 millones de puestos de trabajo en el sector privado, como contraposición, la Eurozona en la actualidad posee menos fuerza laboral que en el 2008, pasando de 145 a 143 millones.
Pero continuemos, si verificamos la tasa de desempleo al terminar el gobierno demócrata, nos encontramos que se sitúa en torno al 4,9%, por debajo del 8% que se hallaba al inicio de la presidencia. En cuestiones entorno al salario, el mismo se posiciona en máximos históricos. Desde el 2012 ha aumentado más de un 5% en términos reales. Ésta realidad trajo aparejada una reducción de la pobreza relativa, pasó de 14,3% a 13,5%. Al mismo tiempo, la producción industrial se recuperó y el país es cada vez menos dependiente del petróleo extranjero gracias al desarrollo del fracking (fractura hidráulica), las exportaciones crecieron ininterrumpidamente y los beneficios empresariales se maximizaron.
Más riquezas, más empleos y más salarios, Barack Obama recibió una economía con muchas dificultades y logró enderezar la situación. De hecho, el Producto Bruto Interno es un 12% mayor que a inicios de la crisis, haciendo que la reserva federal tenga que equilibrar su política monetaria ajustando las tasas de interés.
Lo paradójico es como todo el contexto se encaminó sin caer en la tentación de aumentar el gasto público, su administración pudo bajarlo de un 37% a un 35% del PBI.
Aunque, no todas las noticias son buenas. El entorno que deduce las finanzas públicas se posicionan en cifras realmente alarmantes, el número total asciende a unos inimaginables $7 billones. Lo que significa, que el importe de deuda tomada por Obama, supera a la contraída conjuntamente por todos los anteriores presidentes en la historia.
Por otra parte, son varios los economistas que aseguran que a pesar de los índices de empleo que se arrojan, no son lo suficientes para suplir la demanda existente. Las críticas también recaen en el aumento de regulaciones dentro del mercado laboral, haciendo que Estados Unidos pierda posiciones en el índice de libertad económica elaborado por la Fundacion Heritage y The Wall Street Journal.
Y por último, a pesar de los esfuerzos, el país todavía posee un total de 43 millones de personas bajo la línea de pobreza, cifra que ningún político estaría orgulloso de exponer.
Ésta es la verdadera herencia que recibe Donald Trump , luces y sombras. ¿Tendrá la capacidad el republicano para revertir todos los aspectos negativos?. Lo cierto, es que el nacionalismo económico, la guerra comercial, el endurecimiento de las tasas y el aumento en el gasto público, no parecen ser la solución, por lo menos no en el largo plazo. Pero, para encontrar una respuesta que evidencie el éxito o fracaso del futuro gobierno, solo debemos esperar.
Autor: Lic. Adrián Arevalo
Mail Contacto: adrianarevalo333@gmail.com
Comentarios
Publicar un comentario