¿Puede INDIA convertirse en SUPERPOTENCIA?


Es el segundo país más poblado de la tierra, la 12.ª economía, uno de los diez Estados con mayor presupuesto militar y pertenece al selecto grupo de naciones con poderío nuclear. La India se ha convertido con el paso de las últimas décadas en una de las economías donde se proyectó mayor crecimiento, teniendo una tasa promedio que gira en torno de un 5,8%.
Según varias consultoras internacionales de continuar la perspectiva favorable para el año 2050 el PBI de esta nación representará el 15% de la economía mundial. Superando a países tales como Francia, Alemania o Estados Unidos, y solo por detrás del poderío económico chino.  

Tras la victoria en 2014, Narendra Mobi representando al Partido Popular, se convirtió en el Primer Ministro de la India. Su objetivo desde un comienzo fue claro, impulsar el desarrollo sostenido, la atracción de capital extranjero y la creación de empleos.
Proveniente de un sector social humilde y con un marcado perfil carismático, Mobi es un claro ejemplo de cómo el asenso social es posible y con ello se ha ganado el apoyo de las clases populares. 
Antes de llegar a lo más alto de los estratos de poder, fue trece años el ministro en jefe del estado de Guyarat, durante la gestión consiguió convertir a la provincia en el motor económico del país. Hacia fines del mandato, prácticamente se habían mejorado todos los parámetros de bienestar social. Los hogares lograron acceder a los servicios públicos básicos y a salas de escolarización primaria, al mismo tiempo que se industrializaba toda la región creando millones de puestos de trabajo. 
Es por ello que durante la campaña política, prometió replicar este gran éxito en todo el territorio, repitiendo una y otra vez que el siglo XXI es el siglo del despegue Indio.

Y ahora, con un futuro prometedor, ¿qué desafíos tiene por delante?.
Son varios los problemas estructurales que se deben solucionar, pero sin ningún lugar a duda el primordial recae sobre su régimen burocrático. Lamentablemente, el actual sistema no alienta la concreción de negocios, sino que genera el efecto inverso, poniendo en riesgo el avance productivo. Según el informe Doing Business del Banco Mundial (que se encarga de proporcionar datos objetivos que describen la facilidad para hacer negocios), la India se encuentra en el lugar 130 de 190 economías relevadas. Cada pequeño tramite requiere de una engorrosa cantidad de papeleo.
Además, existen serias deficiencias en el sector tributario. No solo los impuestos son altos tanto para empresas y ciudadanos, también la recaudación es baja ya que el proceso de pagos posee numerosos requerimientos. Otro gran obstáculo gira alrededor de las excesivas regulaciones dentro del mercado, el derroche de recursos es alarmante. Son comunes los atascamientos de camiones de carga que intentan cruzar las fronteras provinciales, haciendo que en algunos casos se vuelva más rentable importar los bienes antes que producirlos. Y para nada ayuda el calamitoso estado de la infraestructura pública, el desastre es tan grande que se estima que aproximadamente la mitad de las cosechas se pierden antes de llegar a las góndolas.
El abuso regulativo no solo está presente en el proceso de intercambios, también se encuentra inmerso dentro del mercado laboral, y como consecuencia, de cada cinco trabajadores, solo uno cuenta con un empleo formal.
Y por último, hay que remarcar la gravísima corrupción que azota constantemente a la sociedad. A través del estudio realizado por la Organización por la Transparencia Internacional, el 40% de la ayuda social dirigida hacia los sectores vulnerables se quedan en manos de intermediarios y políticos inescrupulosos.

Pero desde el 2014, el nuevo gobierno, ¿qué disposiciones adoptó tendientes a cambiar el panorama?.
Para reducir la burocracia, se conformó una comisión especializada que analiza y determina que normas deben ser eliminadas, hasta la fecha ya llevan más de 1.800 regulaciones descartadas.
Continuando con esta línea, se suprimieron varias restricciones a la inversión extranjera, se aprobó la primera ley de quiebras y se puso en marcha un plan que busca establecer a la India como un catalizador de empresas internacionales. Mientras tanto, el gobierno planifica la regularización del sistema tributario, evaluando la implementación de un impuesto único sobre las ventas y productos.
En lo que respecta a la infraestructura, el Primer Ministro ha anunciado una inversión de $130.000 millones hasta el 2020, solo en redes ferroviarias para poder modernizar el sector.
Ahora bien, para combatir la corrupción se está fomentando la bancarización de todos los ciudadanos que cuenten con planes sociales y así terminar con la intermediación directa, ya se ha podido incorporar de esta forma a más de 200 millones de personas.
Sin embargo, la medida más polémica se dio en 2016  cuando se sacaron los billetes de 500 y 1.000 rupias con el fin combatir la evasión impositiva y el dinero en negro. Ésta política significó un total desastre, no había suficiente liquidez de billetes nuevos en los bancos que satisfagan toda la demanda . Además muchos cajeros automáticos no estaban readaptados a las nuevas medidas de la divisa. En definitiva, se dejó sin dinero a mucha gente, las ventas se hundieron y varias empresas no pudieron pagar el sueldo de sus trabajadores. Tal fue el desequilibrio que las perdidas en la economía representaron un 2% del PBI en ese año, aproximadamente unos $50.000 millones.
Si bien se cometieron errores, la administración Mobi tiene motivos para ser optimista. El país crece por encima del 7% y se ha controlado la inflación y el déficit fiscal. La nueva política exterior, se dobla hacia Occidente y Oriente, la idea es potenciar e instalar la marca India.

Para ir finalizando, si la India logra ajustar estas inestabilidades, mejorar las relaciones exteriores (particularmente con China), persistir con su apego al imperio de la ley y fortalecer su democracia parlamentaria, muy probablemente tendremos en poco tiempo a algún familiar, amigo o conocido trabajando para alguna empresa en aquel país asiático.
Es increíble reconocer como esta nación relacionada históricamente con inmensos niveles de pobreza posee la potencialidad de revertir esa realidad. No es casualidad que desde 1991 se ha conseguido modificar la vulnerabilidad social a más de 200 millones de personas. No obstante, aunque pueda superar el tamaño de la economía Norteamericana, no significa que se traduzca inmediatamente en la igualación con los estándares de vida en sociedades que llevan tiempo con altos niveles de desarrollo. Pero de mantener la tendencia favorable, podemos afirmar como el crecimiento va a ir traccionado paulatinamente el bienestar.   

Autor: Lic. Adrián Arevalo                                                 
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