¿BOTSUANA, el milagro AFRICANO?


Nos resulta muy difícil pensar en África sin abandonar todos los prejuicios. Éste maravilloso continente aparece en el colectivo imaginario como una tierra atrasada, con hambre, enfermedades, azotada por las guerras, con escaso capital institucional y gobernada por una élite que solo busca perpetuarse en el poder esquilmando sin tapujos los recursos naturales que encuentre. 
Sin embargo, podemos resaltar casos que revierten la lógica y que nos demuestran como decisiones acertadas, transforman la realidad social. Es por ello que nos centraremos en desentrañar las políticas aplicadas por Botsuana, políticas que son tomadas como ejemplo de análisis para el resto del mundo.   

Imaginemos por un segundo una nación donde quince de cada mil habitantes saben leer y escribir, en donde solo existen veintidós estudiantes universitarios y unos pocos profesionales. Un país con gravisímos problemas para brindar agua potable y electricidad a su población, contando con un total de 20 km de suelo asfaltado. Sumado a que no posee un salida al mar, la agobian constantes sequías y además con vecinos que son realmente hostiles. Ésta era la fotografía de Botsuana en 1966, una de las tres naciones más pobres del planeta. Podríamos catalogar el contexto como la tormenta perfecta, un mundo de pesadilla carente de toda esperanza.

Pero, 51 años después, ¿qué pasó con esta tierra arrasada por las desgracias?.
Lo cierto, es que contra todos los pronósticos el pequeño país pudo revertir aquellos años de dolor y sufrimiento. Botsuana se convirtió en una de las mayores sorpresas económicas del mundo, manteniendo un crecimiento constante. Su PBI per cápita (total del PBI, dividido la cantidad de población), ha crecido en promedio 5,9% año tras año, situándose en unos $16.947, dato que está por encima de los números presentados por Colombia o Perú. 
Debemos aclarar algo, el milagro económico ha venido acompañado de una desigualdad social preocupante que lo convierte en una de las naciones más desiguales de todo el planeta. Pero sería injusto olvidar como dicho crecimiento impulsó el desarrollo de servicios sociales que pudieron sacar a la mayoría de su población de la extrema pobreza.
De esta manera, con una tasa de alfabetización del 88%, hoy posee el mejor sistema educativo de toda el áfrica subsahariana, pública y universal para la escolaridad primaria. Al mismo tiempo, el 95% de los botsuanos tienen acceso a agua potable y viven relativamente cerca de una sala de atención médica. Aunque su índice de desarrollo humano es considerado todavía como moderado, sigue siendo el más elevado de toda la región.
Éste escenario resulta aún más sorprendente cuando tenemos en cuenta que uno de cada tres adultos padece HIV. Lo que conlleva a destinar por parte del gobierno muchísimos recursos para mantener el cuidado de sus ciudadanos.

Y ahora, cabe preguntarnos, ¿qué cosas hizo para torcer su destino?.
Luego de la independencia del Reino Unido en 1966, la joven nación apostó por mantener impuestos bajos, evitar lo mínimo posible la emisión de deuda soberana y prohibir la nacionalización de la propiedad privada, lo que otorgó un fuerte respaldo a la seguridad jurídica.
Cuidando rigurosamente cada dolar del gasto público, posee la mejor calificación de riesgo crediticio de toda África. Las armas a diferencia de mucho de sus vecinos, no fueron una prioridad. Durante más de 10 años el país careció de fuerzas militares, si no hay dinero para escuelas y hospitales, menos hay para soldados. 
La extracción y explotación de sus diamantes fueron fundamentales para contar con ingresos suficientes que destinaron a diversificar su economía. De todas formas, el sector minero continua siendo la piedra angular de sus riquezas. Desde 1999 Botsuana es el primer productor mundial de este mineral, la empresa que se encarga de la extracción es Debswana que nació de la fusión de una compañía sudafricana (DeBeers) y el Estado, ambos con un reparto equitativo del capital accionario. También es importante agregar que desde 1992 existen dos empresas que gestionan el tratamiento y pulido de los diamantes la ya mencionada Debswana y la estadounidense Lazare Kaplan International, estas se dividen en proporciones iguales el mercado. A diferente de muchas de las economías minero-exportadoras, la presencia del Estado no generó conflictos con el sector privado, todo lo contrario trabajan conjuntamente y ambas obtienen sus beneficios.
En el terreno político, es imperioso resaltar como sus líderes mientras reforzaban las instituciones democráticas, aunaron esfuerzos para reconciliar a la población blanca con la población negra y a cohesionar el buen trato entre las diversas etnias. 
Existen organismos tradicionales como la Kgotla donde se extienden los canales plurales de participación y se debaten los proyectos de las distintas comunidades. Éste tipo de asamblea, resguardó la participación ciudadana, convirtiéndose en un destacado instrumento de decisión política que fiscaliza los poderes públicos.
La moderna arquitectura del poder, no solo solidifico la democracia sino que posiciona a Botsuana como uno de los países con menos corrupción en el mundo según los diferentes indices de transparencia internacional.   

Llegados a este punto, es trascendental destacar como todos los logros se llevaron a cabo sin recurrir a ningún tipo de revolución popular o dictaduras. No ha sufrido guerra civil ni intervención militar alguna y el camino hacia la prosperidad comenzó incluso antes de que se hayan descubierto los yacimientos de diamantes (la primera mina se encontró en 1972 y la explotación exhaustiva de la actividad se inició en la época de los 80`).
Aunque continua siendo un país en vías de desarrollo con estándares de ingresos medios, no hay que olvidar el lugar en el que partió y como se encontraba poca tiempo atrás.
El camino fue planificado construyendo instituciones inclusivas que abrazaron los preceptos de la libertad, sustentadas en la democracia y administraciones que abordaron la estabilidad macroeconómica y la economía de mercado. 
Son muchísimos los retos que quedan por afrontar; la intensificación de sectores productivos que absorban mano de obra, el mejoramiento de la infraestructura que empuje la competitividad y la atracción de inversión extranjera, son solo algunos claros ejemplos. La pobreza si bien se redujo estrepitosamente, hoy se encuentra en un 30,3% y el desempleo representa el 7,5% de la fuerza laboral. A ello debe añadirse, que la dependencia de su principal producto exportable la expone a los constantes riesgos de fluctuaciones de precios en el mercado internacional.
Pero si existe una lección que nos ha dejado Botsuana, es el de confiar en sus posibilidades y en creer que éste país de un poco más de 2 millones de habitantes puede lograr en muy poco tiempo el éxito que debido a su esfuerzo se merece.

Autor: Lic. Adrián Arevalo                                                 
Mail Contacto: adrianarevalo333@gmail.com

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